
¿Qué hay que ver en el Duomo de Florencia? Detalles que tienes que conocer
Hay ciudades que se recuerdan por sus calles, otras por su gastronomía, otras por su historia y otras por su arte, pero Florencia se graba en la memoria gracias a todas ellas. Dentro de su patrimonio histórico artístico, la Catedral de Santa María del Fiore es el icono de la capital de la toscana. Si no la conoces, hoy te presentamos los detalles del Duomo de Florencia que debes conocer.
Descubre los detalles del Duomo de Florencia
Cuando la ves por primera vez al entrar en la Piazza del Duomo, su grandiosidad puede resultar abrumadora, pero si realizas la visita con audioguía o bien acompañado de un guía experto, descubrirás que cada rincón del Duomo tiene una historia que contar. Para prepararte para tu viaje a Florencia, te contamos algunos de los detalles que no puedes perderte.
La fachada de mármol no es la original
Uno de los errores más comunes es pensar que la fachada actual del Duomo de Florencia data de la misma época que su construcción. La catedral comenzó a edificarse en 1296 bajo el diseño de Arnolfo di Cambio, pero la fachada actual fue completada mucho más tarde, entre 1871 y 1887, en estilo neogótico, por Emilio De Fabris.
Durante siglos, la fachada original quedó inconclusa. De hecho, fue retirada en el siglo XVI, quedando la catedral con una fachada desnuda hasta que se eligió el diseño final en el siglo XIX tras un concurso público. El resultado es una mezcla armoniosa de mármol blanco, verde y rojo, colores que también podemos ver en otros edificios del complejo como el Baptisterio y el Campanile.
Este contraste entre lo antiguo y lo relativamente moderno da al Duomo una apariencia coherente, aunque históricamente fragmentada, que simboliza la evolución del arte florentino a lo largo de los siglos.
Medidas de la Cúpula de Brunelleschi
Si hay una razón por la que el Duomo de Florencia es célebre en todo el mundo, es por su monumental cúpula. Diseñada por Filippo Brunelleschi y terminada en 1436, fue la mayor cúpula construida en su época y aún hoy es la cúpula de ladrillo más grande del mundo.
La cúpula tiene un diámetro de 45,5 metros y una altura total desde el suelo de la catedral hasta la linterna de aproximadamente 114 metros. Su construcción fue un reto técnico revolucionario, ya que Brunelleschi diseñó una doble cúpula autoportante sin el uso de los andamios de madera de grandes dimensiones que normalmente se usaban para sostener la construcción mientras se levantaba. (llamados cimbras).
Este hito de la ingeniería marcó un antes y un después en la arquitectura renacentista. Subir sus 463 escalones hasta la linterna es toda una experiencia que permite observar de cerca la estructura, además de ofrecer vistas inigualables de Florencia.
Frescos del Juicio Universal
En el interior de la cúpula nos espera uno de los detalles del Duomo de Florencia más bonitos a la par que es una de las obras más impresionantes del arte sacro: los frescos del Juicio Universal, una monumental pintura de 3.600 metros cuadrados realizada entre 1572 y 1579 por Giorgio Vasari y Federico Zuccari.
Los frescos reciben este nombre por escena que representan: aparecen ángeles, santos, pecadores, demonios y el propio Cristo siendo juez en el centro. Es casi imposible pasarla por alto a pesar de la magnitud del espacio, pero dedicarle el tiempo suficiente a observar y entender lo que se representa merece la pena. Además, su estilo manierista marca la transición del Renacimiento al Barroco, mostrando una gran carga emocional y teatralidad en las figuras.
Vidrieras de la Catedral de Santa María del Fiore
Las vidrieras son uno de esos detalles del Duomo de Florencia que no puedes dejar de apreciar. Hay 44 ventanas decoradas con vidrieras que datan principalmente del siglo XV. La mayoría fueron diseñadas por algunos de los artistas más reconocidos del Quattrocento, incluyendo Donatello, Lorenzo Ghiberti y Paolo Uccello.
Estas vidrieras con gran valor artístico representan, cómo no, escenas religiosas pertenecientes tanto al Antiguo como al Nuevo Testamento. La forma en que la luz atraviesa el vidrio coloreado crea una atmósfera que cambia a lo largo del día.
El reloj litúrgico de Paolo Uccello
Un detalle fascinante que pasa desapercibido para muchos visitantes es el reloj litúrgico ubicado sobre la puerta interior principal. Este reloj fue pintado por Paolo Uccello en 1443 y sigue el antiguo sistema de las 24 horas itálicas, donde el día comienza al atardecer, no a medianoche.
Lo más curioso es que el reloj aún funciona con ese sistema y sus agujas giran en sentido contrario al actual. Además de su valor técnico, es una obra de arte decorada con los cuatro evangelistas, demostrando cómo el tiempo en el Renacimiento tenía una dimensión sagrada.
El Campanile y el Baptisterio
Aunque no se encuentran propiamente dicho dentro del mismo Duomo, no se puede hablar de este sin mencionar el Campanile de Giotto y el Baptisterio de San Juan. Aunque son estructuras independientes, forman parte del conjunto arquitectónico y espiritual de la catedral.
El Campanile, con sus 85 metros de altura y 414 escalones, ofrece otra perspectiva de la ciudad y del Duomo y su decoración en mármol sigue el mismo patrón que la fachada de la propia catedral. El Baptisterio, por su parte, es uno de los edificios más antiguos de Florencia, y es famoso por sus Puertas del Paraíso diseñadas por Ghiberti, así como por su techo de mosaicos dorados.
Pero Santa María del Fiore te ofrece mucho más…
Estos son solo algunos detalles del Duomo de Florencia un verdadero libro abierto de la historia del arte, la arquitectura y la espiritualidad del Renacimiento. Cada piedra, cada obra y cada detalle encierran un significado más profundo que enriquece la experiencia del visitante.
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